sábado, 10 de enero de 2009

INTRODUCCIÓN

El primer libro de los que componen el Nuevo Testamento es el Evangelio según San Mateo (Mt.). El orden de los libros del Nuevo Testamento (en las ediciones que usamos) no corresponde necesariamente al orden en que fueron escritos.

El evangelista Mateo comienza su historia presentando una lista de los antepasados de Jesús y relatando algunos acontecimientos de la infancia de este. Pasa luego a narrarnos, en cuadros que se van alternando, los hechos y las enseñanzas de Jesús, para concluir con los relatos de la pasión y las apariciones del Señor resucitado, y del envío de los discípulos a todas las naciones.

Este evangelio se distingue de los otros, ante todo, por la manera sistemática como organiza las palabras de Jesús. En efecto, las reúne, en su mayor parte, en cinco grandes sermones o discursos. El uso de ciertas fórmulas introductorias (véase 5:1-2; 10:1; 13:1-3; 18:1 y 24:1) y sobre todo de fórmulas constantes para concluir estos sermones y pasar a la sección siguiente (véase 7:28-29; 11:1; 13:53; 19:1 y 26:1) indica el interés del evangelista por resaltarlos. La fórmula con que concluye el último sermón es especialmente significativa: "Cuando Jesús terminó toda su enseñanza..." (26:1). Debe tomarse en cuenta, sin embargo, que en el propio evangelio hay otras palabras o enseñanzas de Jesús además de las reunidas en estos cinco sermones (véase, por ej., el cap. 23).

Estos cinco discursos o sermones están intercalados alternadamente entre secciones narrativas. Los relatos de la infancia de Jesús (caps. 1-2) sirven de introducción; y los que tienen que ver con la pasión, muerte y resurrección constituyen la conclusión de toda la obra.